Nuestra declaración de misión2000px-Ombrellino-keys_svg

“Nosotros, en la Basílica de la Concatedral del Sagrado Corazón de la Diócesis de Wheeling-Charleston, somos una comunidad diversa de pobres, desfavorecidos y hambrientos, personas acomodadas, jóvenes, ancianos, visitantes y aquellos que buscan refugio.

Como comunidad de muchas culturas y razas, defendemos la unidad en nuestra diversidad expresando nuestro amor a Dios Padre a través de la oración y la adoración, a través del servicio mutuo, a través del ministerio de acogida, a través de la evangelización y el ecumenismo. Con el Obispo, perseguiremos fielmente esta misión a través del ejemplo de Jesucristo, el poder del Espíritu Santo y los dones y talentos de nuestros miembros”. Todos son bienvenidos hoy, especialmente los visitantes, invitados y aquellos que puedan ser nuevos en la comunidad.

Declaración de misión de la Diócesis de Wheeling-Charleston

Como discípulos de Jesucristo en Virginia Occidental, nosotros, los fieles católicos de la Diócesis de Wheeling-Charleston, en el corazón de los Apalaches, nos comprometemos a promover el Reino de Dios en la tierra y a proclamar la Buena Nueva a todas las personas.

Llamados por Dios a través del Bautismo, fortalecidos por el Espíritu Santo, nutridos y formados por la Eucaristía, nos reunimos en nuestra diversidad como una comunidad de fe, adoración y servicio bajo la guía pastoral de nuestro Obispo en unión con el Obispo de Roma y todos otras iglesias locales.

Probados por una economía inestable y la falta de oportunidades de empleo, y desafiados por grandes distancias, somos un pueblo de Dios decidido y orientado a la familia, nutrido por una tierra de notable belleza y abundantes recursos.

Enviados para ser signo de Cristo para el mundo y guiados en nuestro camino por los documentos del Noveno Sínodo Diocesano, nos comprometemos a:

  • Una vida de oración más profunda y liturgias más vibrantes
  • El anuncio del Evangelio a través del testimonio de nuestra vida
  • Conversión permanente a través de la educación y la formación
  • La mayordomía de los dones de Dios para la transformación de nuestra sociedad y el mundo.